Isla de Concordia: Nuevas visiones

El concurso New Concordia Island invitó a sus participantes a repensar el reciente naufragio del Costa Concordia , ofreciendo una oportunidad para imaginar el futuro del sitio del suceso y la de la Isla del Giglio, frente a la costa de la Toscana. Utilizando el naufragio real, con su imponente presencia y abrumadora masa sumergida como punto de partida, los arquitectos se enfrentaron al reto de ofrecer nuevas visiones para el futuro de un territorio herido.

A través de distintos conceptos de diseño, diversos puntos de vista culturales han sido representados en los proyectos recibidas. El jurado seleccionó proyectos que han respondido de una manera integral a las cuestiones planteadas por el concurso, entretejiendo enfoques visionarios con soluciones prácticas y reales.

Dos macro-categorías fueron identificadas por el jurado como directrices para la selección de los proyectos ganadores. En la primera, el naufragio se conserva en su totalidad en el lugar del accidente, fijando permanentemente la imagen del trauma. Así, el naufragio se convierte en un recipiente, un territorio fértil para su reutilización. En la segunda categoría, el naufragio se manipula a través de complejas operaciones de corte, la eliminación y el compromiso de obtener nuevas relaciones entre los fragmentos restantes y la Isla del Giglio. El recuerdo del accidente se despierta a través de un sutil desarrollo de significados y objetos en sitio.

Alexander Laing y Francesco Matteo Belfiore de Londres, ganadores del primer premio, proponen para hacer frente a los temas de la transformación de los restos mediante la exploración de la dicotomía entre la extracción y el almacenamiento. La operación principal consiste en el seccionamiento del naufragio a lo largo de la línea de agua, manteniendo la parte sumergida y la eliminación de la parte que ha surgido. El fragmento inmerso se convierte en un contenedor para nuevas actividades, lo que permite el cruce de caminos entre el buque, los tanques de agua y las superficies plantadas. Este nuevo lugar de memoria está conectado directamente a la Isla del Giglio a través de dos rutas suspendidas en el agua.

El segundo premio y ganador del premio FARM Cultural Park, Vulmaro Zoffi de Milán utiliza la herramienta de corte para eliminar la parte de la nave que emerge en la actualidad, así como la práctica de desmontaje para generar nuevas superficies de arrecife artificial en contacto con el fondo marino. La eliminación de los planos verticales del naufragio reconfiguran la parte del barco sumergido en una secuencia de hojas de metal, lo que permite la colonización de especies marinas. El proyecto es impulsado por una reflexión sobre las nuevas atmósferas generadas por los restos del naufragio. Con los ciclos de las mareas las líneas de metal emergen en la superficie del agua, recordando la forma antigua del Costa Concordia, al mismo tiempo que se refuerza a través de la presencia de aves e insectos, reunidos en una nebulosa para recordar el trágico suceso.

Dos proyectos ganadores fueron seleccionados para el tercer premio. El proyecto de Francesco Tonnarelli Cippitelli y Andrea de Macerata propone la construcción de una nueva línea de conexión entre el puerto y la ruina, así como la configuración de una nueva estructura que vuelve a marcar algunos fragmentos y partes de la nave con el fin de recordar la imagen de los restos del naufragio y la tragedia. El proyecto está formado principalmente por tres fases y establece la hora del astillero y la puesta en escena de los procesos de transformación de los restos del naufragio, así como el lugar de la memoria, con la construcción de volúmenes y plataformas que ofrecen nuevas oportunidades para usos y actividades relacionadas con el mar.

El otro proyecto, por Wynn Chandra de Londres planea un cruce entre una máquina y la geología en el momento de la catástrofe que se convierte en una especie de primera transformación. El proyecto trata sobre la configuración de una nueva estructura geológica en la que los ambientes naturales de agua están atados en el interior de una matriz para los estratos de roca de la Isla del Giglio.