Extraordinary Stories About Ordinary Things

En la primera de las incursiones del Design Museum, una exposición investiga lo que será la colección en exhibición en su futuro hogar en Kensington, falla en contar las historias extraordinarias detrás de ciertos objetos cotidianos.

Llegué a la conferencia de prensa de la exposición actual del Design Museum, Extraordinary Stories About Ordinary Things, justo a tiempo para escuchar a Deyan Sudijc, director del museo, afirmar que "el arte, dentro del contexto de la galería es más elocuente hablando por sí mismo, mientras que el diseño necesita una historia; el quién qué y para qué." Me da la impresión de que Sudjic posiblemente se perdió de la totalidad del movimiento de arte conceptual, que depende completamente de la historia en la que se basa cada obra. No importa. Al escabullirme por una esquina para tener una mejor vista de la exposición me encuentro frente a la mirada de una autoritaria señalización que me ordena girar a la izquierda si quiero llegar a Nottingham. Siempre es divertido encontrarse con el sistema de señalización para el sistema vial de Gran Bretaña, diseñado por Margaret Calvert y Jock Kinneir (entre los años 1957 – 67), especialmente en un ambiente bajo techo. Da un poco la sensación de estar jugando el juego de las pesas suscitado por los pasteles y pociones de Alicia en el País de las Maravillas. Al pasar junto a ellos a altas velocidades, las señales no se ven ni vagamente grandes –postales en el camino. Sin embargo, al verlas colgadas en la pared uno se da cuenta de lo enormes que son en realidad. Pero regresemos a la pregunta: ¿exactamente qué están haciendo estas señalizaciones aquí?

La premisa de le exhibición, la primera incursión en lo que será la colección en exhibición de su nuevo hogar en Kensington, es narrar las llamadas historias extraordinarias detrás de los objetos cotidianos: de ahí las señalizaciones viales y el resto de las piezas que componen el núcleo de la colección de este museo de diseño. Con el fin de contar estas historias la exhibición está dividida en seis partes: Taste, Why We Collect?, Identity + Design, Icons, Fashion y Materials + Process. Dentro de estos temas descansan algunas de las preguntas más urgentes e importantes para cualquier museo, pero en particular para uno dedicado al diseño. Y aún así, a pesar del título de la exposición y de los nombres de cada sección, no se percibía la sensación de que la muestra intentara narrar historia alguna.

Extraordinary Stories About Ordinary Things, Design Museum, Londres, 2013

Francamente, daba la sensación de que alguien había entrado en la unidad de almacenaje del Design Museum y escogido un grupo de objetos "importantes" que diera la impresión de ser el núcleo de la colección permanente de un museo de diseño; selección que después había acomodado en la sala de exhibición, y a la que finalmente le estampó un título en un intento desesperado de reunir todo de manera precisa. Puede que esto suene duro, pero el problema no reside en los objetos ni en la manera en que son exhibidos (en un sistema muy bien diseñado de Gita Gschwendtner), sino en la disonancia cognitiva que resulta de no recibir historias después de que estas fueron prometidas.

Semáforo de David Mellor. Atrás, señalamiento de sistema de calles inglés de Margaret Calvert y Jock Kinneir (1957-67), en Extraordinary Stories About Ordinary Things, Design Museum, Londres, 2013

Por ejemplo, en Identity + Design, donde la señalización de Calvert y Kinneir comparte espacio con el poste para buzón postal F-type de David Mellor, el kiosco telefónico K6 de Gilbert Scott y el muy ridiculizado logo de Wolf Ollin para las Olimpiadas y Juegos Paraolímpicos del 2012, las piezas son objetos nobles y comprensiblemente forman parte de la colección permanente del museo, pero las supuestas historias extraordinarias no son visibles en ningún lugar. Ocasionalmente –en el caso del K6 y de Transport, la tipografía diseñada por Calvert y Kinnear– se muestran bosquejos tempranos cerca de los objetos originales, pero la historia, el prometido cómo, qué y por qué, está tristemente ausente.

Derecha, Kiosko K6 diseñado por Sir Giles Gilbert Scott en Extraordinary Stories About Ordinary Things, Design Museum, Londres, 2013

Lo mismo es cierto en otras secciones de la exhibición. Why we collect?, sin duda la pregunta más importante y complicada que un museo puede formularse a sí mismo –incluye un número de piezas aisladas de diseñadores famosos con elementos ready-made. El texto de muro de la sección informa que cuando el museo fue abierto y empezó a coleccionar en 1989 se decidió enfocarlo en producción en masa y nuevas tecnologías. Sin embargo, la incoherencia entre texto y objeto es inaudita: las Cartoon Chairs de los hermanos Campana; la Rover Chair de Ron Arad, su primer mueble; y la protagonista de la exposición, la nueva adquisición, la Handlebar Table de Jasper Morrison. A estos objetos no sólo les falta una línea de información, sino que empiezo a sentirme un poco confundido por las políticas de colección del museo. Si bien algunas de estas obras son –perversamente– interesantes, es difícil relacionarse con ellas en un nivel distinto al de objetos en una galería. Nunca he sido un gran fanático de Ron Arad, pero su Rover Chair me intriga y quiero saber más sobre ella. Observar esta silla es observar la historia del diseño. No porque Ron Arad es ahora una estrella del diseño o porque sus piezas sean adquiridas por ricos y famosos, sino porque al ver esta silla, construida a partir de materiales desechados, es posible ver la ingenuidad, la necesidad de hacer que impulsa a tantos diseñadores, de hecho, a tantas personas. Estos objetos no vienen de la nada. No existen en un vacío, privados de un contexto personal, social y cultural, tienen historias; historias que no están siendo contadas.

Rover Chair de Ron Arad (1981), en Extraordinary Stories About Ordinary Things, Design Museum, Londres, 2013

Parte del problema es que sencillamente hay demasiadas cosas. De la lámpara Anglepoise de George Carwardine al sistema de señalización vial, o incluso los plásticos en la sección de Materials + Processes, cualquiera de estos temas, adecuadamente explotados y explorados hubieran sido excelentes historias.

Extraordinary Stories About Ordinary Things, Design Museum, Londres, 2013

En la sección Materials + Plastics se puede encontrar un ejemplo particularmente decepcionante, concretamente en la exploración del plástico. Los materiales nuevos y la disposición de los diseñadores a involucrarse con ellos es uno de los desarrollos recientes más emocionantes de la industria. Los plásticos son un material especialmente fascinante con una historia igualmente fascinante, pero dicha historia es inútil si no se comunica adecuadamente. La exhibición presenta muy poco en relación a la historia del desarrollo del plástico –nada acerca del desarrollo de la baquelita en 1907, la mejora y automatización del molde de inyección en 1937, o sobre eventos posteriores que condujeron eventualmente al aterrizaje en el aeropuerto de Heathrow de un avión hecho a partir de un 20% de plástico reforzado con fibra de carbono en 2008. El primer diseño de Jonathan Ive para Apple, la iMac color caramelo, descansa orgullosamente en esta sección aparentemente porque está hecha de plástico, sin hacer ningún hincapié en que este diseño fue posible sólo gracias a los plásticos.

Extraordinary Stories About Ordinary Things, Design Museum, Londres, 2013

En la misma sección, una entrevista en video con Harry Richardson y Clare Page culmina en un momento muy divertido en el que Richardson sostiene un objeto que parece una pala de plástico, pero que en realidad es inidentificable, y señala cómo no tiene idea de lo que es. No es fascinante, le dice a la cámara, el tiempo y esfuerzo que ha invertido pensando en cómo hacer el objeto y aún así no tiene la más mínima idea de lo que es. Page interviene, "creo que debemos pedirle a nuestra cultura que piense un poco más sobre cómo utilizamos el plástico. Su ubicuidad quiere decir que ni siquiera lo vemos." Hay algo más bien impresionante en el hecho de que estos dos diseñadores, en un pequeño video marginado dentro de la muestra, hayan podido subrayar precisamente por qué esta exhibición no funciona identificando las preguntas adecuadas que necesitamos hacernos sobre el diseño. No es suficiente sacar estos objetos de la bodega, distribuirlos en una muestra y prometer narrar historias sobre ellos para justificar su pertenencia en un museo. No hay duda de que existen muchas historias cautivantes, incluso extraordinarias, sobre muchos de estos objetos cotidianos. Decepcionantemente, en Extraordinary Stories About Ordinary Things dichas historias no son narradas. Crystal Bennes (@crystalbennes)

Extraordinary Stories About Ordinary Things, Design Museum, Londres, 2013
Extraordinary Stories About Ordinary Things, Design Museum, Londres, 2013
Extraordinary Stories About Ordinary Things, Design Museum, Londres, 2013