La utopía es posible

La exposición La utopía es posible en el MACBA reúne documentación del icónico congreso ICSID de 1971 en Ibiza, donde el Manifiesto de la Ciudad Instantánea propuso la participación como modelo de desarrollo.

Cuando alguien pregunta si la utopía es posible, ¿cuál puede ser la respuesta? Hace cincuenta años, en el contexto de un congreso de diseño de bajo presupuesto en Ibiza, el cual sucedió en un momento crítico en términos económicos y políticos en España, un grupo de personas, incluyendo arquitectos y diseñadores, acordó que en efecto, la utopía es posible.

En 1971, el 7º congreso del International Council of Soceties of Industrial Design ( ICSID) se celebró en Cala de Sant Miquel, una bahía en la costa noroeste de Ibiza, lejos de los centros urbanos habituales. En los años de la dictadura franquista, dominada por la represión, la censura y la falta de libertad, Ibiza aun era relativamente virgen y escasamente urbanizada. Actualmente en exhibición en el Museu d'Art Contemporani de Barcelona (MACBA), el material de la 7º Congreso del ICSID se convierte en un recurso extraordinario de información que va más allá de sencillo archivo para transformarse en una exposición.

Ubicado en un lugar bucólico y sumergido en el espíritu de la época
—siguiendo el trabajo de grupos como Archigram y Haus-Rucker-Co entre otros— este evento se centró deliberadamente en intervenciones espontáneas sin un programa estructurado. La idea principal se basó en tener varias "salas de discusión", donde los participantes podían debatir temas relacionados con la arquitectura, el diseño, el arte y la tecnología. En este contexto, una de las intervenciones más importantes fue la participación de José Miguel de Prada Poole, quien creó la Ciudad Instantánea para proporcionar alojamiento a los estudiantes que asistieron al congreso y que no encontraron espacio en los dos hoteles de la bahía. Como lo explica Prada Poole en su Carta del "Comité Ad Hoc", la intención era utilizar una estructura inflable tomada de la Ciudad Universitaria de Madrid y permitir a los estudiantes a ser parte del proceso de construcción para después ser utilizada durante el congreso. Carlos Ferrater y Fernando Bendito, ambos estudiantes de arquitectura de la época, establecieron el Comité Ad Hoc y redactaron el Manifiesto de la Ciudad Instantánea junto con Luis Racionero.

Principal: Ceremonial y Vacuflex-3, 1971. Archivo Jordi Gómez. Arriba: Vacuflex-3, 1971. Archivo Joan Antoni Blanc

El Congreso ICSID fue un experimento de socialización, un ejemplo de cómo el trabajo comunal, la vitalidad, la reflexión intelectual y el ocio
( leisure) pueden ser utilizados para promover el diálogo entre diferentes disciplinas. Este enfoque de colaboración estuvo presente desde el evento de apertura, que consistió en una ceremonial cena multicolor organizada por varios artistas con el fin de crear un contrapunto a la rigidez de un congreso tradicional. Algunos artistas participaron con intervenciones creativas, como Muntadas y Gonzalo Mezza, que creó Vacuflex-3, una escultura móvil que consistió en un tubo industrial de plástico verde de 150 metros de largo. En la intervención interactiva, el tubo fue llevado a diferentes zonas de la bahía. Josep Ponsatí instaló una escultura inflable en Cala de Sant Miquel compuesta por grandes globos de plástico blanco que llegaban a medir hasta 40 metros de largo en algunos un punto. Al estar en constante movimiento, las formas orgánicas de la instalación iban cambiando. Era una forma diferente de ver el arte.

Ciudad Instantánea, 1971. Col·lecció MACBA. Centre d'Estudis i Documentació. Fons Xavier Miserachs

Es curioso darse cuenta de lo mucho que en tiempos actuales nos estemos enfocando de nuevo en las estrategias ad hoc y a los modelos que fomentan cambios de abajo hacia arriba. Quizá sea porque la difícil situación económica en España durante 1971 es, ultimadamente, muy similar a la actual. No en términos políticos —la dictadura no tiene nada que ver con la democracia, ni siquiera teniendo en cuenta las fallas de la democracia— sino en términos de limitaciones económicas. La reacción de arquitectos jóvenes para encontrar nuevas formas de acción, y la percepción de que la arquitectura puede ser un catalizador para el cambio, está presente en ambos momentos. Estas limitantes nos recuerdan la necesidad de repensar el rol del arquitecto y de cómo adaptar nuestra práctica a esta nueva condición global.

Es curioso darse cuenta de lo mucho que en tiempos actuales, nos estemos enfocando de nuevo en las estrategias ad-hoc y modelos que fomentan cambios de abajo hacia arriba.
Identidad del congreso, 1971. Archivo America Sanchez

Con el fin de generar pensamiento crítico y la creación de una plataforma de encuentro y debate, el Manifiesto de la Ciudad Instantánea propuso la participación como estrategia para construir una ciudad, basándose en el trabajo como un medio de comunicación. En este contexto, la idea de re-examinar todo este material archivado y presentarlo públicamente es extremadamente importante.

Conocer nuestra historia nos permite comparar y aprender del pasado, y al mismo tiempo tomar decisiones para el futuro. En 1971, el Congreso del ICSID precedió los Encuentros de Pamplona, que tuvieron lugar el año siguiente y que se pueden entender como una prolongación del espíritu innovador que el ICSID instigó. Hoy en día podemos observar cómo estas acciones y movimientos sociales en la arquitectura están presentes de forma activa en eventos tan importantes como la Bienal de Venecia, la Bienal de Diseño de Estambul o festivales de arquitectura como eme3, entre otros.

Ceremonial, 1971. Archivo Joan Antoni Blanc

La utopía es posible está ubicada en dos salas principales del MACBA. El enorme museo white cube es el escenario perfecto para mostrar la documentación del congreso en varios medios de comunicación: correspondencia, revistas, películas y grabaciones de sonido. Es una exposición de ideas y no de objetos.

Adolfo Natalini alguna vez señaló que "la utopía no es un modelo alternativo: desarrolla problemas sin resolver (no soluciona problemas, sino identifica problemas)". Pensando en la idea de Natalini, podemos ver como Prada Poole identificó un problema (la falta de espacio de alojamiento) y propuso una solución con su Ciudad Instantánea. Dicho esto, tal vez podamos ser optimistas para creerle cuando dijo, refiriéndose a Ciudad Instantánea, que el Congreso del ICSID en Ibiza es una prueba de que la utopía es posible. Estamos profundamente convencidos de que, efectivamente, lo es. Ethel Baraona Pohl (@ethel_baraona)

Inflable Josep Ponsatí, 1971. Archivo Raimon Torres

La utopía es posible
En exhibición hasta enero 2013
MACBA
Barcelona, España

Ciudad Instantánea, 1971. Col·lecció MACBA. Centre d'Estudis i Documentació. Fons Xavier Miserachs
Inflable Josep Ponsatí, 1971. Archivo Jordi Gómez
Vacuflex-3, 1971. Archivo Joan Antoni Blanc
Debates del congreso, 1971. Archivo Joan Antoni Blanc