Durante la última primavera asistí a dos conferencias de Anthony Vidler, una en Boston y otra en Los Ángeles. El tema varió tanto como su sede: la conferencia en la Costa este fue un viaje por la historia intelectual del propio Vidler y en SCI-Arc un festivo tributo a Big Jim, agudizado por un par de críticas bien colocadas hacia el parametricismo Shumacheresqueano. Sin embargo, en ambas conferencias apareció la misma diapositiva, el collage de Richard Hamilton Just What Is It That Makes Today's Homes So Different, So Appealing? , que apareció como el poster para la exhibición de 1956 This is Tomorrow del Independent Group.
Vidler destacó el fragmento en la parte superior de la composición del collage que muestra a la Tierra, señalando que había sido arrancado de un número de 1955 de la revista Life. A medida que esta imagen entraba en el consciente colectivo a través de la revista más popular en el planeta cargaba consigo la tensión entre el consumismo descontrolado y la Guerra fría. Titulada un Retrato a 100 Millas de la Tierra, la fotografía compuesta estaba hecha a partir de stills tomados por una cámara de video aérea montada en un cohete. Hasta aquel momento no se había tomado ninguna fotografía a color desde un punto de vista tan alto.
Esta popularización e implícita democratización de lo que alguna vez fuera una vista privilegiada se entremezcla con el miedo que prevaleció durante la Guerra fría en la exhibición Ends of the Earth: Land art to 1974 actualmente presentada en el Geffen Contemporary del MOCA, en Los Ángeles, California. Esta amplia retrospectiva histórica reúne una generación de artistas que trabajaron bajo la amenaza de la aniquilación nuclear, de la carrera espacial y que poseían un impulso expansionista de salir de las galerías hacia paisajes desconocidos.
Land Art, reconsiderado
La comprehensiva retrospectiva sobre Land Art en MOCA, junto con la enorme instalación Levitated Mass en LACMA evocan las tensiones entre el consumismo y los espectros de la Guerra Fría.
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- Mimi Zeiger
- 20 agosto 2012
La exposición abre con una mancuerna atómica; la obra de 1974 Sculpture to Be Viewed From Mars or Memorial to Man de Isamu Noguchi ocupa la pared derecha en la entrada de la galería. Diseñada como el earthwork (una obra realizada con la tierra donde está ubicada) de una cara mirando a los cielos, la pieza usualmente es interpretada como un comentario anti-bélico, los restos de una civilización pasada. Al lado de la pieza de Noguchi encontramos una obra igualmente apocalíptica, Study for the End of the World, el cortometraje de Tinguely filmado en 1962 cerca de un sitio para pruebas nucleares en las afueras de Las Vegas.
"La Guerra fría tuvo un impacto enorme," explica Philipp Kaiser, quien co-curó la exposición con la historiadora del arte Miwon Kwon. "La carrera espacial, el aterrizaje en la Luna y la guerra de Vietnam influenciaron las obras. Hay algunos proyectos explosivos y tenemos varias propuestas utópicas/distópicas. Muchas de las imágenes están relacionadas con los procesos de urbanización que sucedieron en Estados Unidos durante las décadas de 1950 y 1960." Ciertamente, es casi imposible ver la película de 1970 Spiral Jetty de Robert Smithson, en la que documenta su monumental earthwork desde un helicóptero, sin pensar en las cintas de Vietnam. El helicóptero vuela alrededor de la escultura extendiendo Rozel Point hasta el Great Salt Lake. Mientras aterriza, la luz se refleja sobre la superficie del lago y deslumbra al lente. Hay un momento alucinógeno donde la mente quiere sustituir los plantíos de arroz por lodo, sal y basalto.
La curaduría de Kaiser y Kwon subraya la conexión entre la práctica mediática y el land art. De tal forma reacomodan un eslabón que fue olvidado a medida que obras masivas como la excavación monumental Double Negative (1969-70) de Michael Heizer, incluida en la colección permanente del MOCA, se colocaron bajo el reflector de la imaginación colectiva durante las últimas décadas.
Sin embargo, no toda la representación evocativa es fílmica. Los diagramas y bosquejos de Smithson para el Project for Clear Zone: Dallas Fort Worth Regional Airport (1966) más bien parecen representaciones arquitectónicas y Smithson se deleita en estos confines cuasi-profesionales. Similarmente, la serie de 1969 del colectivo artístico canadiense N.E. titulada Sixteen Compass Points in the Artic Circle emplea todos los tropos visuales posibles de un complejo industrial militar: títulos en bloque, papel cuadriculado y sellos oficiales.
Al poner en primer plano dibujos, fotografías, videos y clips televisivos de artistas como Smithson, Han Hollein, Dennis Oppenheim y Carl Andre, Kaiser y Kwon sugieren que los medios y la documentación son tan seminales del periodo como cavar hoyos. Ends of the Earth es una mirada inclusiva e internacional del land art que incluye episodios visionarios conocidos dentro de los círculos de arquitectura: los primeros bosquejos creados por Gordon Matta-Clark mientras todavía era un estudiante de arquitectura en Ithaca, NY y los storyboards, con un parecido al comic, para el Continuous Monument de Superstudio. Al presentar un lado más efímero del land art la exposición revela una cara más democrática del movimiento. Por ejemplo, la obra California Map Project II (1969) de John Baldessari crea un puente entre el mapa y la cotidianeidad al colocar símbolos cartográficos en locaciones reales, tales como la capital del estado. Se trata de una perspectiva que hace eco en nuestra actual sensibilidad Google Earth. "Por ejemplo, si piensas en Double Take," comenta Kaiser, "la distribución y diseminación de las imágenes eran igual de importantes que la experiencia escultórica de la pieza."
Lo cual nos lleva a la reciente escultura de Heizer Levitated Mass, una roca de granito de 340 toneladas colocada sobre un pasaje de 140 metros de largo y que abrió al público el pasado junio. El Los Angeles County Museum of Art (LACMA) comisionó la pieza, concebida originalmente en 1969. Instalada en un área de grava atrás del Pabellón Resnick de Renzo Piano, los visitantes descienden a la obra a través del pasaje que corre bajo la piedra de un lado a otro: imaginen dos rampas para minusválidos colocadas una frente a otra y bajo la sombra de un monolito. Levitated Mass no levita precisamente; siguiendo la recomendación de Buro Happold, dos vigas de acero y una docena de varas de acero sostienen a la roca e impiden que ruede durante un terremoto.
El público ha acogido la escultura de Heizer no como un acto de trascendencia artística sino como un proceso de participación. A finales de febrero la sección de granito fue removida de un cantera en el condado de Riverside y cargada a un camión para ser transportada. El megalito después viajó de noche en una caravana de patrullas y vehículos de apoyo a través de veintidós ciudades y cuatro condados en su camino a Los Ángeles. Un mapa de Google en el sitio web del LACMA rastreaba la procesión.
El espectáculo de una roca desplazándose por los caminos y a través de los barrios de L.A. ocupó pantallas televisivas y apareció frecuentemente en Facebook y Twitter. La roca llegó al museo el 10 de marzo, pero eventualmente el evento mediático alrededor de Levitated Mass eclipsó la experiencia in-situ. La tensión pasada entre el consumismo y los espectros de la Guerra fría que Kaiser y Kwon capturaron en Ends of the Earth se ha perdido y actualmente consumimos imágenes con el mismo populismo jocoso predicho por el poster de This is Tomorrow. Mimi Zeiger (@loudpaper)