Este artículo se publicó en la versión impresa de Domus México 02, agosto/septiembre 2012
Una residencia refleja el carácter de sus habitantes así como el entendimiento de su contexto sociocultural. Sólo así, a través de la visión de los clientes —una pareja joven que buscaba un espacio de calidad, sometido a un programa arquitectónico definido, pero abierto y adaptable— se puede leer la Casa RM del joven despacho regiomontano Arkraft: una novedosa alternativa para construir y habitar con un presupuesto limitado, así como una crítica puntual a la oferta actual del mercado inmobiliario.
La casa se ubica en la colonia Valle de los Cedros de la ciudad de Monterrey, México, un entorno urbano de vivienda de clase media; heterogéneo, vivo, con aire familiar. Acercándose desde la calle a la casa, se percibe como un volumen de proporciones inusuales, con fachadas más cerradas que abiertas y superficies lisas de color discreto, apartado tanto de la calle como de las casas colindantes; una intervención de reservada sencillez. Atravesando un portón de lámina, se accede al área del antiguo patio del edifico vecino habitado por la familia de la joven pareja. Sobre un desnivel conectado por tres escalones al área de acceso, se ubica —justo en el centro del predio— la Casa RM, una construcción de tres niveles, distanciada de los muros perimetrales, creando así un área delantera más baja y una posterior más elevada, pero también una circulación continua, tanto para los habitantes, como para los vientos que de esta manera logran condicionar el volumen térmicamente. Entrando a la casa se abre un umbral donde predomina la sensación de luz y amplitud, lograda por una triple altura siempre perceptible, gracias a la organización de una planta escalonada dividida en tres franjas. Las dos franjas perimetrales albergan las funciones más íntimas, mientras que la central, de triple altura, funge como eje de circulación vertical, sin interrumpir la continuidad espacial.
Arkraft Studio: La medida del espacio
La Casa RM del joven despacho regiomontano Arkraft ofrece una novedosa alternativa para construir y habitar con un presupuesto limitado, así como una crítica puntual a la oferta actual del mercado inmobiliario.
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- Alexander Cziharz
- 18 octubre 2012
- Ciudad de México
El programa principal de la casa consiste en un área abierta con plataformas a diferentes alturas que articulan los distintos usos de la residencia. En planta baja se encuentra el vestíbulo principal, la estancia, la cocina y el comedor. Subiendo a la primera plataforma se ubica un baño completo y un estudio (que se puede convertir en una recámara adicional), mientras que en el tercer nivel se encuentra el área de descanso con un pequeño lugar de trabajo. Al ascender por la escalera al último nivel, se llega a la terraza, que ofrece imponentes vistas a las montañas, enmarcadas por vanos cuidadosamente colocados en los muros exteriores. En cada nivel los muros bajos funcionan como remates visuales que delimitan los espacios sin necesidad de cerrarlos, dividiendo de esta manera las áreas públicas de las privadas y permitiendo una gran diversidad de vistas a los distintos ángulos de la casa.
Situada en la franja central a un costado del volumen, la circulación vertical no interrumpe la continuidad visual, permitiendo así, un espacio abierto y fluido. El diálogo constante entre interior y exterior se logra a través de ventanas estratégicamente posicionadas para poder ver tanto el cielo como la vegetación sin sacrificar la privacidad. Estos vanos cuidadosamente estudiados y posicionados permiten la entrada de una gran cantidad de luz, así como un mayor aprovechamiento de la ventilación natural cruzada, evitando la necesidad de aire acondicionado.
Una residencia refleja el carácter de sus habitantes así como el entendimiento de su contexto sociocultural
Saliendo del vestíbulo principal en la planta baja por la puerta de la cocina, pasando una franja de vegetación que puede concebirse como el único borde suave entre volumen y entorno, se accede a un patio posterior que funge como área de convivencia social al aire libre.
La integración de la naturaleza domesticada al espacio se percibe a través de las ventanas que dirigen la vista a esta tira de vegetación, al árbol del patio trasero y al cielo. Por cuestiones de concepto espacial y de presupuesto, se optó por un sistema estructural de marcos metálicos, recubiertos por paneles con aislantes térmicos y acústicos. El espíritu austero de la casa se ve reflejado también en la selección de acabados sencillos como el concreto aparente en los pisos y la pintura de un solo color en muros y plafones interiores.
El concepto de la Casa RM —específicamente desarrollado según las necesidades de los clientes— deja abierta la posibilidad de ser convertido en un modelo de vivienda adaptable a los requerimientos que implica una variedad de composiciones y de tamaños de familias con presupuesto limitado, sin sacrificar condiciones espaciales como la privacidad, las vistas, la iluminación y la ventilación adecuadas, por mencionar sólo algunas.
Esta obra demuestra claramente que la calidad espacial no depende de un presupuesto elevado, ni de acabados de lujo o iluminaciones escenográficas, sino más bien de la capacidad de materializar nuevos conceptos con sinceridad, para lograr otros modelos de vivienda bajo la premisa y la necesidad de calidad arquitectónica. La Casa RM de Arkraft nos hace entender que la arquitectura residencial no se mide únicamente en metros cuadrados, asunto que todavía predomina en el mercado arquitectónico local, así como en sus procesos, desde la conceptualización hasta la venta. Alexander Cziharz, arquitecto y académico