En el Arsenale, Tod Williams y Billie Tsien presentan Wunderkammer, un curioso experimento sobre la personalidad humana. En el Giardino delle Vergini, justo donde termina el recorrido del Arsenale, el dúo de arquitectos americanos reúnen una cantidad de objetos muy distintos entre sí. Esto se debe a que sus propietarios pertenecen a un diverso grupo de treinta y cinco arquitectos internacionales, cubriendo un amplio territorio geográfico.

Más que de objetos, los contenidos se podrían describir como "fetiches creativos" que los invitados a participar consideran como indispensables para el ejercicio de la arquitectura. Para orquestar esto, se envió una caja a cada uno de ellos y se les pidió que la devolvieran con los "objetos improbables, y en algunos casos, incluso banales" que les inspiran en su trabajo. Dentro de esta complicación de objetos se encuentran cosas tan diversos como sus autores. Peter Zumthor, por ejemplo, ha reunido una serie de botes de pintura. Shigeru Ban ha revelado un hábil modo de reutilizar fotocopias de e-mail antiguos: ensamblados, se reciclan para dar vida a exquisitos bocetos hechos a mano.

Bijoy Jain del Studio Mumbai ha construido una especie de pequeño altar, con un cofre de madera recubierto con fotos y un video que relatan la vida de los pueblos indios. Dicha pieza contiene una serie de pequeñas arquitecturas en bronce fundido. En el Wunderkammer, Sheila O'Donnell y John Tuomey nos muestran recuerdos de un viaje (o tal vez el deseo de tener otra vida): una silla azul —aquellas, típicas griegas—, ceras de colores y acuarelas que representan una pequeña iglesia, guijarros y una flor seca. Los recuerdos también se encuentran en los contenidos de las piedras que Toyo Ito ha reunido en su caja que demuestra fragmentos de desechos recogidos en el pueblo de Sanriku. La aldea fue destruida por el tsunami el 11 de marzo de 2011.

Si tuviera que elegir alguna, entre todas las curiosidades que se encuentran en el Wunderkammer, me quedaría con la de Diébédo Francis Kéré, que presenta una caja con tierra roja de su país, Burkina Faso. Dentro de esta, también se encuentra un rudimentario instrumento de madera para batirla. Algo que desde el exterior se ve sencillo, pero probablemente es el origen de muchas cosas. Laura Bossi